
Al primero se lo denominó Control de Imagen Latente
(CIL) y al segundo se lo llamó Control de Densidad de Imagen (CDI) y más
recientemente en la bibliografía técnica proporcionada por el fabricante se lo renombró
como Control de Suministro de Toner (CST) pero básicamente CDI y CST se
refieren a lo mismo.
Hay un tercer control, que es el que ocupa el tema de
este artículo que funciona en paralelo a estos dos que se denomina Control
Automático de Potencia (del laser) APC por sus siglas en inglés (Auto Power
Control).
Para aplicaciones de muy alta velocidad, como es el
caso de las fotocopiadoras e impresoras digitales, sean de la marca que sean,
se requiere de altas corrientes de inyección (o de excitación del diodo laser)
lo cual puede producir un calentamiento indeseado del dispositivo aún cuando
estos cuenten con mecanismos capaces de aportarle medios de refrigeración. El
tren de pulsos que llega al diodo laser con la información a “escribir” en el
cilindro (que se denomina señal de video en los Manuales de Servicio) es una
señal de muy alta frecuencia, tanto más elevada será esa frecuencia en equipos
de mayor velocidad de copiado. Por lo tanto el tiempo en el que el laser incide
sobre el cilindro para crear cada pixel de imagen latente es muy reducido. Esto
hace que para lograr una descarga efectiva de cada pixel en el cilindro en ese
corto período de tiempo la potencia del laser deba ser importante.
Aun cuando al diodo laser se le aplique una corriente
constante, se sabe que la intensidad de la luz laser que incide sobre el
cilindro varía en proporción inversa con la temperatura; es decir que ante un
aumento de la temperatura, del origen que sea, la intensidad del laser
disminuye.
También se observa que el dispositivo (diodo laser)
tiene la capacidad de apagarse automáticamente al autocalentarse (intersección vertical
con las curvas)
Dejar esto librado al azar sería inadmisible ya que
ante diferentes condiciones ambientales obtendríamos algunas copias más
intensas y otras más tenues dependiendo del autocalentamiento que perciba el
diodo laser.

Por último es importante remarcar que todos los
láseres tienen una propiedad en común: son dispositivos altamente peligrosos
debido a la alta potencia que manejan. Incluso un nivel de un miliwatt puede
producir daños irreversibles en el ojo humano si se mira directamente durante
el tiempo suficiente. Es por ello que para realizar un trabajo de forma segura
sobre una máquina laser, hay que cumplir algunas medidas de seguridad:
- Siempre que sea posible, desenergizar (apagar y desenchufar) los equipos a los que se les dará servicio técnico.
- Utilizar elementos de protección personal (EPPs) como gafas especiales diseñadas para cada uno de los láseres que se vayan a manipular si vamos a trabajar con el equipo energizados.
- Nunca mirar al rayo láser directamente ni tampoco a una imagen especular del rayo.
- Se debe proteger la piel para láseres de altos niveles de potencia. La ropa blanca de grosor medio (bata de laboratorio) reduce la exposición del rayo láser en un factor 100.
- Un rayo invisible produce los mismos daños que uno visible. Hay que tomar por tanto precauciones especiales al trabajar con rayos láser fuera del espectro visible.
Para cerrar es importante mencionar que si bien no hay
intervención del Técnico en relación a este control dado que no hay
calibraciones que hacer en campo, es necesario conocer la esencia de su razón de
ser. Este control trabaja activamente en la etapa de exposición como parte de la
formación de imagen sin el cual no sería posible obtener reproducciones
estables en ningún equipo laser.
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