El hombre, Chester F. Carlson, nacido en Seattle en 1906, un visionario empleado de la oficina de patentes de New York. Su producto, un sistema de reproducción sobre papel común (plain paper) que revolucionaría la manera en que el mundo entero realizaría copias con solo apretar un botón.

Su historia personal es sin dudas muy interesante, no sólo por los aspectos revolucionarios de su idea original sino porque es un claro testimonio de perseverancia y de convicciones. En unas pocas líneas voy a intentar exponer los aspectos más relevantes que condujeron a la invención de la fotocopiadora y a su posterior desarrollo como producto de uso masivo. En las referencias bobliográficas al final del artículo podrán encontrar más información sobre este invento.
Después de varios años trabajando en sus tiempos libres, en el año 1938, Carlson inventa lo que hoy conocemos como fotocopiadora y realiza las primeras fotocopias de manera exitosa a través de un sistema que, con mínimas modificaciones, se mantiene en su escencia hasta el día de hoy. Hasta ese entonces, la única manera de realizar copias era a través de mét
odos fotográficos por medio de reacciones químicas; el proceso de Carlson no requería de reacción química alguna y por ello se lo denomina proceso de transferencia en seco. En Octubre de 1938, Carlson había logrado crear una imagen electrostática sobre una superficie fotoconductora y luego había conseguido transferir esa imagen sobre papel. A partir de esa fecha, a Carlson le tomaría seis años persuadir a inversores de las principales compañías norteamericanas para que se interesaran en producir masivamente su novedoso sistema de impresión a bajo costo. Finalmente, en 1944, el Battelle Memorial Institute, una organización de investigaciones sin fines de lucro de Columbia, Ohio, se mostró interesada, firmó un contrato de derechos compartidos por la patente de invención y comenzó a estudiar y desarrollar el proceso. Los investigadores de Battelle hallaron en el Selenio un material fotoconductor ideal para el proceso que perduró en todas las fotocopiadoras producidas hasta la década de 1990, donde fue reemplazado por materiales orgánicos como el Polivinilcarbazol. Fue también en los laboratorios de Battelle que se introdujo la idea de emplear revelador como mezcla de toner y carrier cuya fórmula aun se conserva hasta el día de hoy.

En 1947, Battelle llega a un acuerdo con una pequeña fábrica de papel fotográfico, The Haloid Company, de Rochester, New York, para que continuara con el desarrollo del proceso por entonces bautizado como xerografía (del griego: xero=seco, grafía=escritura). En la convención anual de 1948 de la Sociedad de Óptica de los Estados Unidos en Detroit, se presentó el proceso xerográfico, base del sistema de Carlson, ahora perfeccionado por los ingenieros de The Haloid Co. Por entonces, el proceso en crudo no despertó ningún interés práctico entre los miembros de la sociedad.

Por el año 1949, Haliod presenta la primera máquina xerográfica que había denominado XeroX Copier Model A. A pesar de que la misma era lenta, sucia y requería de un gran número de cuidadosas operaciones manuales para producir una copia aceptable, tuvo éxito entre las pequeñas oficinas para aliviar cierto tipo de trabajos que hasta ese momento solían hacerse a mano. A esta la sucedería en 1955 la Copyflo, la primer máquina xerográfica completamente automática. Esta era capaz de realizar ampliaciones, a partir de microfilms, sobre papel continuo. La Copyflo fue la primer máquina en utilizar un cilindro fotoconductor en lugar de una placa plana; el cilindro rotativo permitió resolver eficientemente los problemas de velocidad.
En 1958, alentados por los modestos resultados comerciales, la empresa decide cambiar el nombre por el de Haloid Xerox. El esfuerzo ahora se centraba en un salto aun más ambicioso: producir una máquina más rápida, eficiente y más conveniente para las necesidades de las oficinas con miras a reemplazar las opciones con que se contaba por entonces: mimeógrafos A.B. Dick que funcionaban bien pero que insumían demasiado tiempo y la confección de un master; las máquinas fabricadas por Photostat generaban una muy buena reproducción pero era lenta y de alto costo; 3M manufacturaba una máquina de fax térmica que requería un papel especial y cuyas copias oscurecían con el tiempo; y por último la máquina Verifax de Eastman Kodak realizaba copias húmedas que requerían un tiempo de secado.
En 1959, veintiún años después del invento de Carlson, Haloid- Xerox (actualmente Xerox Corp.) introduce la primera fotocopiadora comercial producida en línea denominada Xerox 914, en virtud de su capacidad de copiar sobre papel de 9 por 14 pulgadas (apr
oximadamente el tamaño oficio actual). Esta era capaz de copiar sobre papel común (plain paper) y a un muy bajo costo. En marzo de 1960, cuando la primer 914 fuera enviada a un cliente se preveía producir 5.000 undades en tres años. Para finales de 1962 ya se habían producido 10.000 unidades y la fábrica estaba desbordada de pedidos. La 914 tuvo gran éxito y los negocios de Haloid Xerox se convirtieron en unos de los más brillantes del siglo, revolucionando la industria gráfica dramáticamente. En 1959 Haloid Xerox poseía un ingreso neto de u$s 2 millones, en 1960 ascendía a u$s 2.6 millones, para 1961 ya llegaba a los u$s 5.3 millones, en 1962, u$s 13.9 millones y para 1963 había alcanzado los u$s 22.6 millones.

En 1963, se lanza la Xerox 813 y también fue un éxito absoluto. En 1964 el mundo conocería el modelo Xerox 2400, denominado así en función de la cantidad de copias que era capaz de realizar en tan solo una hora (equivalente a 40 copias por minuto).
En 1961 Haliod Xerox toma el nombre Xerox Corp. que conserva hasta el día de hoy. Desde entonces, numerosos sistemas y tecnologías fueron desarrollándose en función de las necesidades emergentes de este novedoso sistema de impresión sobre papel. Hoy en día, las impresoras laser, que aplican el mismo principio de funcionamiento que las fotocopiadoras, han convertido este sector de la industria en uno de aun mayor envergadura y por ello de mayor interés para las empresas tecnológicas.
En la actualidad es posible encontrar fotocopiadoras no sólo en prácticamente todas las oficinas modernas sino también en centros de investigación, instituciones educativas, empresas, industrias, hogares, etc. Todas las marcas, en su segmento blanco y negro, han entrado ya en la era digital y discontinuado desde aproximadamente el año 2000 la producción de sistemas analógicos. Se producen fotocopiadoras capaces de realizar entre 12 y más de 100 copias por minuto; cuentan con conectividad de impresión, escaner y fax, y algunas de ellas brindan la posibilidad de conectarse en tandem para incrementar la productividad. Estas realizan un procesamiento generalmente en 8 bits (256 tonos de grises) y emplean un sistema laser para formar la imagen latente que finalmente es revelada con toner en lugar de la exposición directa como ocurría con los sistemas analógicos.
Video: Chester Carlson y la Invención de la Fotocopiadora
Video: Chester Carlson y la Invención de la Fotocopiadora
Bibliografía
(1) E. Ientilucci – Fundamentals of Xerography – 1994.
(2) Xerox Corp. – The Story of Xerography – 1999.
(3) C. Carlson – Patente de Invención nro. 2.297.691: “Electrophotography” – 1942.
(4) http://en.wikipedia.org/wiki/Chester_Carlson
(5) http://cubetto.com.ar/2008/03/chester-carlson-y-la-xerografia/
Buenas amigos, felicidades por el post. Me ha sido de gran utilidad, nunca te acostarás sin saber algo más.
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